No soporto cuando estás en el clímax de la partida y te da un bajón de FPS. Por desgracia, es algo que nos suele pasar cuando nuestro hardware no está a la última. Pero no te preocupes, porque no necesitas una nueva tarjeta gráfica para aumentar tus FPS.
En este artículo vamos a contarte 5 sencillos consejos para que puedas mejorar tus FPS de una manera fácil y segura.
Contenido
1. Actualiza los drivers de tu tarjeta gráfica
Es lo más básico, y probablemente lo has hecho ya. Pero si no es el caso, actualiza los drivers de la tarjeta gráfica. Este sencillo paso puede darte una mejora sustancial de rendimiento. Para ello, simplemente tienes que descargar la última versión directamente desde la página del fabricante.
¿Cómo saber qué drivers necesitas?
Para conocer el modelo exacto de tu tarjeta gráfica deberás ir al Panel de Control. Cambia la vista a “Iconos grandes” y a continuación haz clic en “Administrador de dispositivos”. En el apartado de “tarjetas gráficas” encontrarás el modelo de la tarjeta instalada.
¿Cómo encontrar los últimos drivers?
Basta con ir a la página web del fabricante:
Si tienes una tarjeta de la marca NVIDIA, ve al sitio https://www.nvidia.fr/Download/index.aspx?lang=es y elige el modelo de tu tarjeta gráfica. Si eres un usuario de la marca AMD, entonces tienes que ir a https://www.amd.com/es/support. Allí podrás descargar los drivers de tu modelo específico. Como alternativa, puedes descargar el programa de detección automática, para que no tengas que hacer nada.
2. Optimiza los ajustes de vídeo dentro del juego
Como ya sabrás probablemente, la mayoría de videojuegos configuran de manera automática los ajustes de vídeo en función de tu hardware. En mi experiencia, algunos juegos pecan de optimistas y la configuración por defecto no te permite mantener 60 fps estables. Una posible solución es optimizar los parámetros de vídeo. El objetivo es maximizar el rendimiento con el menor impacto gráfico.
Para conseguirlo, te recomiendo empezar con los ajustes de aquí abajo. Son los más exigentes y por tanto suelen ser los que más recursos consumen:
- El filtro anti-alisaing disminuye el pixelado de las imagenes. Si lo desactivas, probablemente notarás una menor calidad de las texturas. Lo mejor es que intentes ajustarlo a valores bajos (por ejemplo 2x, 4x) y veas si esto aumenta los FPS.
- El filtro anisotrópico nos permite ver de manera más nítida las texturas lejanas u oblicuas. En otras palabras, ofrece mejor calidad de imagen a costa de bastantes recursos. Prueba a desactivarlo a ver qué pasa.
- La sincronización vertical se encarga de que cada frame se muestre entero en la pantalla al mismo tiempo. Si lo desactivas, es posible que empieces a observar fenómenos extraños con las imágenes en movimiento. Y esto puede ser muy molesto para jugar. Sin embargo, puedes desactivar esta opción sin perder calidad siempre y cuando tu pantalla tenga una frecuencia superior a los FPS del juego (por ejemplo, 144 Hz vs 60 FPS).
- La resolución de la pantalla. Algunos gamers prefieren una mayor calidad de texturas con una menor resolución. Otros le dan prioridad a la resolución frente a la calidad. Si eres de los segundos, pasa al siguiente apartado. Si eres de los primeros, prueba a bajar la resolución. Con menos píxeles que procesar, esto ayudará a mejorar mucho el rendimiento.
3. Hacer Overclock a la tarjeta gráfica
De la misma manera que es posible aumentar la frecuencia del procesador, se puede overclockear la tarjeta gráfica para explotar todo su potencial. La mayoría de tarjetas están bastante limitadas de fábrica para que duren mucho más tiempo. Así pues, es posible aumentar ligeramente la potencia de la misma (un 5 o un 10 %) de forma estable y más o menos segura.
Para cambiar los ajustes de la tarjeta gráfica, puedes utilizar el programa MSI afterburner. Incluso si tu tarjeta no es de la marca MSI, este programa es compatible con la mayoría de tarjetas del mercado y es muy fácil de usar.
En cualquier caso, lleva mucho cuidado si decides aumentar la frecuencia o el voltaje de la tarjeta gráfica. Asegúrate de que aumentas estos valores de forma suave y progresiva. Vigila siempre la temperatura de la misma con un programa como Everest o GPU-Z.
4. Utilizar Razer Cortex
Razer Cortex es un programa muy bueno para maximizar el rendimiento del PC mientras juegas. Este software identifica y bloquea todos los procesos y aplicaciones que están en marcha pero que no son necesarios durante la partida. De esta forma, el PC dispone de muchos más recursos para dedicárselos al videojuego.
5. Haz un poco de limpieza
Finalmente, una última opción que te podría ayudar sería limpiar el PC. Tienes varias herramientas a tu disposición:
Desfragmentación del disco
En los discos duros tradicionales (HDD), la fragmentación tiene un papel clave en el rendimiento del PC. La desfragmentación es un proceso que optimiza la ubicación de los datos dentro de la memoria para minimizar la carga de trabajo. La fragmentación aparece de forma natural al cabo de un tiempo, así que es importante realizar desfragmentaciones de vez en cuando. Así podrás mantener el PC en plena forma.
Usa una herramienta como CCleaner
CCleaner es otra herramienta muy útil para mejorar el rendimiento. Ella te permite encontrar y borrar archivos o programas obsoletos. Eliminando toda esta información inútil, liberas muchos recursos de tu PC para que pueda funcionar mucho más rápido.
Reemplaza tu disco duro por un SSD
Por último, y por si acaso aún no tienes uno, añade un SSD a tu PC. Utiliza este disco solamente para programas (incluidos los videojuegos) y para el sistema operativo. La velocidad de un SSD es decenas de veces mayor a la de un disco duro tradicional. Esto podría ayudarte a ganar unos FPS adicionales si todos los pasos no han dado resultados.
Bonus: para ordenadores portátiles
Para acabar, un consejo para los que utilizan un ordenador portátil. Asegúrate de que el modo de batería “Alto rendimiento” está activado. De lo contrario, es posible que el PC reduzca automáticamente el rendimiento para consumir menos energía.
Para cambiar estos parámetros, tienes que irte al icono de la batería que se encuentra en la barra de herramientas. A continuación, haz clic en “más opciones de alimentación”.
En esta nueva ventana, asegúrate de que el modo “Alto rendimiento” está activado.